mércores, 4 de marzo de 2015




 A peste narra as consecuencias do illamento de toda unha cidade, o que pon de manifesto o mellor e o peor que cada un dos seus cidadáns  leva dentro: os seus medos, as súas traizóns, o individualismo, mais tamén a solidariedade, o espírito de colaboración cos demais en tarefas comúns. Novela apaixonante, de grande densidade de pensamento e de profunda comprensión do ser humano, que se converteu nun dos clásicos máis indiscutibles da literatura francesa de todos os tempos.
PRÓXIMA REUNIÓN DO CLUB DE LECTURA: LUNS 13 DE ABRIL, ÁS 19.30. 

2 comentarios:

  1. Ademais de reflictir as grandezas e baxezas do ser human. Ten páxinas gloriosas, moi acorde cos nosos tempos, que resalto aparte.

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  2. Citas de La peste;


    p.113 "La buena voluntad sin clarividencia puede ocasionar tantos desastres como la maldad."

    p. 153 "Los que tenian un oficio cumplían con él en el esfilo mismo de la peste: meticulosamente y sin brillo".

    pág. 68 (página memorable por lo que tiene de actual y universal)

    "En tales momentos de soledad, nadie podía esperar la ayuda de su vecino; cada uno seguía solo en su preocupación. Si alguien por casualidad intentaba hacer confidencias o decir algo de sus sufrimientos, la respuesta que recibía le hería casi siempre. Entonces se daba cuenta de que él y su interlocutor hablaban cada uno cosas distintas. Uno, en efecto, hablaba desde el fondo de largas horas pasadas rumiando el sufrimiento, y la imagen que quería comunicar estaba cocida al fuego lento de la espera y de la pasión. El otro, por el contrario, imaginaba una emoción convencional, uno de esos dolores baratos, una de esas melancolías de serie. Benévola u hostil, la respuesta resultaba siempre desafinada: había que renunciar. O al menos, aquellos para quienes el silencio resultaba insoportable, en vista de que los otros no comprendían el verdadero lenguaje del corazón, se decidían a emplear también la lengua que estaba en boga y a hablar ellos también al modo convencional de la simple relación, de los hechos diversos de la crónica cotidiana, en cierto modo. En ese molde, los dolores más verdaderos tomaban la costumbre de traducirse en las fórmulas triviales de la conversación. Sólo a este precio los prisioneros de la peste podían obtener la compasión de su portero o el interés de sus interlocutores".
    Amancio Delgado

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